Toni Barrero, pintor del valle de Sóller, Mallorca, es un artista con dedicación completa a la pintura. Dentro de la variedad de lenguajes que se muestran en el panorama artístico actual, Barrero muestra una opción clara, la pintura abstracta con una relectura creativa sobre el Expresionismo Abstracto norteamericano, entre la pintura de campo (color field) y el gesto (action painting). Su formato es europeo, es más el formato de un Morandi o un Soutine que el más grande o extenso de De Kooning.
Los colores de Barrero son claramente mediterráneos, su visión está fuertemente influida por su entorno, el pueblo de Soller que es cromáticamente exhuberante: colores azules, verdes esmeraldas, morados y blancos con luminosidad y una vibración del Sur. Su gesto, que domina total o parcialmente el espacio, tiene siempre un valor estructural, compositivo: una intuición razonada, un gesto espontáneo pero no salvaje. Estos cuadros respiran una armonía que es la que el pintor interioriza y devuelve en las telas, una alegría que incita a la empatía del espectador.
Barrero es un pintor abstracto de su tiempo, su lenguaje no es el de los pioneros de la Modernidad, así domina y controla los resortes expresivos que constituyen su juego plástico. Al final lo que queda es la sensación de autenticidad y vida llevadas a cabo en unas telas de proporciones pequeñas pero de un tratamiento espacial amplio. El campo de color y el gesto mantienen un delicado juego dialéctico: las composiciones y alternancias de fondo y figura no son nunca repetidas y dentro de la unidad de visión existe una variedad con soluciones cada vez diferentes en cada cuadro. Los colores intervienen a dúo o a trío y el blanco juega como un color más. Reflexión previa y dilatada en el tiempo y espontaneidad de ejecución nos facilitan las claves de Toni Barrero.